Argentina, 3 de diciembre 2019 (FOPEA).- FOPEA quiere advertir una vez más sobre los ataques y amenazas que en los últimos meses vienen sufriendo periodistas de distintos medios de parte de dirigentes y militantes políticos, de empresarios que lanzan falsas denuncias y acusaciones desde los tribunales donde son juzgados por supuestos delitos de corrupción, y hasta de personas que ocupan importantes espacios en los medios de comunicación.
En las últimas horas hemos observado con sorpresa como el futuro presidente Alberto Fernández, mediante su perfil en una red social, calificó al periodista Hugo Alconada Mon de “operador mediático” y aseguró que estos “se van a acabar” cuando el asuma como presidente. Una afirmación cuanto menos desafortunada por parte de una figura de su investidura y que debe velar, entre otras cosas, por el cumplimiento de la libertad de prensa en la Argentina.
Reiteramos una vez más desde FOPEA la necesidad de respetar en un sentido amplio la libertad de expresión en la Argentina y garantizar el libre trabajo de la prensa que tiene el deber y la obligación de informar sin que ello sea tomado como una mal llamada operación de inteligencia o una persecución a alguien.
El caso de Hugo Alconada, y la permanente situación de amenaza y hostigamiento público en el que desempeñan sus tareas periodistas como Daniel Santoro, Luis Gasulla o Claudio Savoia son ejemplos claros de la falta de respeto a la libertad de prensa y expresión que se vive en estos instantes en la Argentina.
La sociedad en su conjunto tiene el derecho a estar informada, tiene el derecho a acceder a información de calidad sustentada en pruebas obtenidas mediante investigaciones periodísticas basadas no sólo en marcos éticos, sino además en estándares internacionales de búsqueda de datos que sean de interés público.
Lo dijimos semanas atrás y lo reiteramos hoy: atacar y amenazar a la prensa y a los periodistas es atacar la libertad de expresión claramente especificada en el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos como un derecho fundamental: “Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”.
Estuvimos, estamos y estaremos siempre en contra de los pedidos públicos de persecución o investigación a la tarea profesional de periodistas sean estos de las corrientes ideológicas que sean. En definitiva no hacen más que cumplir con su trabajo. Violentar ese derecho a trabajar en libertad es poner en riesgo valores fundamentales de un sistema republicano de gobierno.
FOTO: CEDOC