Brasil, 25 de agosto de 2021 (Abraji). – Desde el 23 de agosto de 2021, el periodista Pedro Nakamura está sufriendo acoso virtual en las redes sociales, motivado por la exposición de sus conversaciones con un médico implicado en un reportaje publicado por Matinal, medio para el que trabaja. Además, Matinal sufrió un ciberataque el 24.Ago.2021.
Mientras investigaba el informe que reveló evidencias de estudios clínicos sin supervisión de comités de ética y con el uso de medicamentos importados sin autorización de Anvisa, en el Hospital de la Brigada Militar de Porto Alegre, Nakamura se puso en contacto con los médicos responsables de la investigación, para escuchar sus versiones de los hechos. Uno de ellos, en lugar de responder a las preguntas, comenzó a exponer los mensajes del periodista en sus redes sociales, acusando a Nakamura de acoso e insulto. A continuación, los perfiles del periodista y de Matinal en las redes sociales se inundaron de ofensas y amenazas. Un comentarista publicó en Instagram una foto de Nakamura y afirmó que «merecía ser empalado en una plaza pública delante de sus hijos».
Al día siguiente, los responsables del grupo Matinal fueron informados por su proveedor de servicios de Internet de que el sitio web había sido objeto de «ataques de denegación de servicio», o DDoS, cuyo objetivo es sobrecargar un servidor para impedir que el público acceda a la información que contiene. En otras palabras, hubo un intento de hacer caer el sitio web de Matinal, un hecho poco común para el medio, según los responsables.
La táctica de exponer las conversaciones de los periodistas que, de manera responsable y observando los principios éticos de la profesión, buscan la versión de las personas responsables de los hechos planteados durante la investigación de los reportajes, es una forma de intimidación cada vez más común en Brasil. En lugar de rendir cuentas a la sociedad, estas personas prefieren movilizar a su público en las redes sociales para atacar al mensajero.
Abraji condena la exposición de las conversaciones de los periodistas en las redes sociales para dirigir el acoso virtual contra estos profesionales, así como los intentos de derribar las páginas web de los medios de comunicación para dificultar el acceso a denuncias graves y de extrema relevancia para el interés público.