Brasil, 28 de septiembre 2020 (Abraji).- El sábado por la noche, 26 de septiembre de 2020, alrededor de las 9:30 p.m., la periodista Luiza Bodenmüller usó su cuenta personal de Twitter para comentar las películas que se acercan a la Corte Suprema de los Estados Unidos. En su tweet, describió el nombramiento de la jueza Amy Coney Barrett como una magistrada contra el aborto, pro-armas y conservadora cuyo perfil es ampliamente difundido por la prensa internacional.
Al día siguiente, Bodenmüller fue sorprendida por un ataque coordinado a sus redes sociales, con más de 750 notificaciones exponiendo su nombre y su posición en la agencia de verificación de hechos.
La diputada Bia Kicis (PSL-DF) y el diputado Gil Diniz (PSL-SP) compartieron en sus redes un puesto que clasificaba a la agencia Aos Fatos (A los hechos) como «izquierdista de los hechos (sic)». Las publicaciones de Kicis y Diniz tuvieron eco en sus partidarios, ampliando el alcance de los ataques.
El intento de descalificar a Bodenmüller incluyó una serie de publicaciones misóginas, vulgares y prejuiciosas. Un usuario dijo que lamentaba que la madre de la periodista no tuviera un aborto, y varios deseaban que la periodista hubiera muerto.
No es la primera vez que las mujeres periodistas han sido objeto de campañas de odio orquestadas en las redes sociales, incluso por los parlamentarios, como las monitoreó Abraji. El volumen del acoso en línea contra los periodistas en Brasil es tan expresivo que motivó la firma de un acuerdo con la OAB (organización de abogados brasileños), para proporcionar orientación jurídica a las víctimas.
Abraji considera que el acoso virtual es inaceptable independientemente de su procedencia, pero es aún más grave cuando los mandatarios y otras autoridades reproducen acusaciones difamatorias que buscan debilitar e intimidar a las mujeres periodistas. También instamos a las plataformas digitales a que ofrezcan una respuesta más efectiva a este tipo de ataque.